lunes, 2 de enero de 2012

Capitulo 4

-No nos queda otra cosa para hacer que preguntar si tienen un teléfono o algo, porque no nos vamos a quedar toda la noche en la camioneta- dice Eric.
-Sí, es verdad, bajemos- dice Franco.
Estamos caminando hacia la casa, me da escalofríos, los mareos comienzan, pierdo el control, y… caigo.

Me encuentro dentro de la casa, hay muchos cuadros que me parecen familiar, toda la decoración, los objetos, todo es idéntico a como lo veía en mis sueños. Ann está ahí, con su mirada trata de decirme algo que no logro descubrir, escucho unos pasos, Ann empieza a llorar, pero yo no despierto.
Aparece una señora, miro a todos lados y Ann ya no está.

-Hola, tú debes der Emma, ¿no es cierto?- Pregunta la señora con vos amable.
-Sí - le respondo- y usted…
-Margaret -se apresura a decir- Margaret Shown-
 Su pelo es morocho, corto hasta los hombros y sus ojos son de color miel, tendrá unos 55 años, aunque pareciera que el tiempo la deterioró el doble, parece una mujer amargada, infeliz, triste, con odio, y maldad, pero vuelvo a mirar, y veo a una señora fresca, amable y dulce.
-¿En dónde estoy?-Pregunto.
 – Te desmayaste, y tus amigos te trajeron aquí, también necesitaban usar el teléfono, pero desde hace unos días que no funciona.
-uh… tendremos que quedarnos en la camioneta hasta que amanezca- digo en vos baja.
-Descuida- dice Margaret- les he ofrecido a tus amigos quedarse hasta mañana así no duermen incómodos en la camioneta, a demás a la noche hace mucho frio en esta zona, ya están en sus recámaras, y les dije que me encargaría de ti.
-ha, muchas gracias- siento un mal estar, ese mal estar que siento cuando me despierto en las mañanas. No sé, hay algo que no me deja tranquila, hay algo malo de tras de toda esa amabilidad, no lo sé, solo quiero dormir, estoy muy cansada.
-Te mostraré tu cuarto-dice Margaret
La sigo, la casa es gigantesca, es idéntica a la de mis sueños, y eso me provoca escalofríos, llego a mi cuarto, y sí, es ese cuarto bonito, donde en mis sueños, siempre se encontraba Ann.
-Espero que te guste- me dice Margaret- Pertenecía a mi hija, pero ya no vive más conmigo-Lo dice mientras se retira del cuarto-
-¿Cómo se llama su hija?- Le pregunto antes que se retire-
-Ann- me responde con vos apagada.
Al oír ese nombre me hace temblar, se me pone la piel de gallina, algo me pasa, como es posible que a través de un sueño pueda haber visto esta casa, y a la hija de Margaret, si jamás había estado en este lugar, y mucho menos conocer a su hija, todo es muy raro.
-falleció en su séptimo cumpleaños- me dice mientras cierra la puerta.

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