lunes, 2 de enero de 2012

Capitulo 11

Despierto sobresaltada, mi corazón late a mil, tengo sed, estoy transpirada, necesito tomar aire. Mientras bajo las escaleras, no puedo dejar de pensar en todo lo que descubrí, en todo lo que sé, en todo lo voy a tener que pasar hoy.
Son las 9:30hs, tengo que ser discreta, me tengo que preparar para entrar en la habitación justo a la hora exacta, que es exactamente a las 00:30hs.
Termino de bajar las escaleras, y todos están preparando sándwiches.
-¿A dónde vamos?- pregunto intrigada.
-Hoy es el ultimo día que nos quedamos, mañana a la mañana tenemos que volver- me dice Franco mientras guarda las gaseosas- hoy es un día hermoso para ir al lago.
Noto que todos saludan a Margaret, muy cariñosamente, agradeciéndole todo, es como un saludo  de despedida, esos que se le dan a los padres o amigos cuando te vas de viaje por un tiempo, no lo sé quizás me pareció, sinceramente no me interesa, tengo otras preocupaciones en mente. Me subo al auto junto con los chicos, y nos vamos.
Estamos en pleno bosque, observando el hermoso paisaje, todo es tan tranquilo...
Al llegar, noto que están cargadas las valijas.
-¿Por qué están cargadas las valijas?- pregunto con cara de desconcierto.
-Nos quedaremos a pasar la noche, traje las carpas, hoy va a ser una noche hermosa- me dice Lucas mientras saca las dos carpas- luego a la mañana nos iremos para Bahía.
Mi cara se transformo, no podía  pasar la noche allí, tenía que volver a la casa a media noche.
Tenía que ingeniar algo, algo para volver, y de pronto se me ocurrió algo.
-¡Me olvide el celular!-grito
-Uh… bueno-creo que tendremos que volver-dice Franco
-No, no. No quiero arruinarles la tarde- les digo- cuando este oscureciendo iré a buscarlo con el auto, y luego vuelvo.
-Esta bien, pero lleva el mapa, y mi celular por cualquier cosa, así nos llamas si te llegas a perder en algún lado- me dice Lucas mientras me alcanza su celular y el mapa.

Está oscureciendo, todos están alrededor de la fogata. Me levanto.
-Ya me voy- les digo a todos- eh pensado en pasar la noche haya, porque cuando vuelva va a estar muy oscuro-
-Pero yo te acompaño- dice Anahí
-Si, obvio- dice Franco- si queres yo voy con vos.
-No, gracias, quédense acá, enserio, la están pasando bien- agrego- Además, yo vengo acá desde hace años, no me estoy perdiendo nada, disfrútenlo ustedes.
-Está bien, como quieras, de todas formas sos la cumpleañera, te tenemos que dar el gusto- dice Franco y luego rie.
Sin nada más que decir, emprendo el viaje hasta la casa, mi vieja casa.
Ya son las 00:00hs, estoy en la camioneta esperando hace horas, me fume un atado de veinte, estoy muy ansiosa, siento como un calor recorre mi cuello y mi corazón comienza a latir con mayor velocidad, siento la adrenalina recorrer todo mi cuerpo.
Junto fuerzas, tomo aire, y bajo, decidida, con la llave en la mano. Faltan tan solo 15 minutos, Margaret yacía allí, en el patio, sentada mirándome fijamente.
-Sabía que volverías-noto su sonrisa diabólica, malvada y agobiante.
-Hola “mamá”- en mi voz se notaba que lo dije con total sarcasmo.
Se para bruscamente, viene directo hacia mí, cuando está a unos pocos metros la esquivo, pero hago un mal movimiento y tropiezo. Me agarra de los pelos y comienza a arrastrarme hacia la pileta. Estoy boca abajo al borde del agua. Siento un golpe en la cabeza, y me desmayo por unos pocos segundos, me encuentro en el agua, Margaret intenta ahogarme, no puedo respirar, estoy tragando mucha agua, cuando siento que me estoy quedando sin fuerzas, hago un movimiento brusco, y golpeo con mi cabeza a Margaret, logro zafarme y ella cae  golpeándose nuevamente la cabeza con el borde de la pileta, logro salir del agua, y voy directo hacia mi antigua habitación.
La abro, todo se ilumina, siento como mi cuerpo se absorbe, me desvanezco y caigo.

Me levanto, ya es de día, miro el reloj de la cocina y veo que son las 6:00hs, el sol comienza a salir, salgo a fuera, y siento una leve brisa recorrer mi rostro, el aire es tan puro… me siento como nueva.
Paso por al lado de la pileta, observo el cuerpo sin vida de Margaret, de esa mujer que algún día me amó, esa mujer que algún día fue mi madre. La miro detenidamente, pensando cómo pudo cambiar la personalidad de alguien tan repentinamente… ¿Será que el día que Ann murió, sintió tanto dolor que se descoloco de si, y renació una nueva personalidad? Yo creo que sí, es increíble la capacidad de la mente humana, te lleva a hacer cosas que te creías incapaz.
 Subo a la camioneta, con un cigarrillo en la mano,  con la ventanilla abierta y dejando que el aire me vuele el pelo hacia atrás.
Les mando un mensaje a los chicos, y les digo que me esperen que ya llegaba a buscarlos.
Ya llegue a mi cuidad, al fin, siento un alivio dentro mío, me cambio totalmente la perspectiva, veo la vida de otra forma, con positividad.
Hoy llegan mis padres a casa, e
stoy en el patio esperando su llegada, se me cruza por la cabeza la idea de contarles todo lo sucedido, pero sé que sería imposible creerlo, se que no me creerían, y me tratarían de loca… creo que será un secreto que me llevare a la tumba.
Llegan mis padres, y junto a ellos una noticia; mi
mamá está embarazada de una niña, le pregunto cual sería su nombre, y mi madre sin saber nada, sin pensarlo, sin dudarlo, me contesta, “Ann”.


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